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martes, 8 de abril de 2014

Nueve de abril...

Nueve de abril... Que día tan normal y tan corriente. Un día como otro cualquiera, un 9 de abril de 1999 me levanté y fui a clase, mis padres se fueron a trabajar... por la tarde salí con mi novio de entonces y volví a casa a las once... Solo para cambiarme de ropa, pues habíamos quedado con amigos...No había nadie en casa. Mi padre estaba recogiendo a mi madre del trabajo... Sonó el telefono y al descolgar reconocí la voz, no la oía desde hacía mucho tiempo, pero la reconocí. Me daban explicaciones pero no las queria... Solo quería saber que pasaba... No podia ser otra cosa que lo que me dijeron, ella ya no estaba. Colgué. Temblorosa, llamé a mi madre al trabajo y los esperé en casa... Triste, muy triste.
Me vestí de negro de pies a cabeza... Lloré su ausencia muy nerviosa...
El día siguiente lo recuerdo triste y agotador, el viaje hasta el tanatorio fue eterno... Y la estancia allí peor. No quise irme sin verla, pero no era ella, no era su rostro... Lo tengo grabado en mi mente y es mi última imagen... Mi último recuerdo... Pero no era ella... No era ella...
Otro largo viaje al cementerio, recuerdo que hacía sol y, a pesar de ser Abril, no llevabamos abrigo. La larga misa llena de gente... Y el beso que me dio mi tia Maite... Tú eres mas fuerte que eso, Gloria... No llores mas... Nunca olvidaré esas palabras...
El repicar de las campanas resonaba en mi cabeza, una cabeza que no estaba allí, estaba en otra parte... Con ella de la mano, en el asiento del coche yendo a casa, mirando por la ventanilla el paisaje. Caminando hacia el cementerio ya no podía  mas... Y al salir e irnos a casa descansé por fin... No podia creerlo, no era verdad... Era un sueño... 
No puedo vivir sin ella, no quiero vivir sin ella. La necesito y quiero besarla y acariciar sus manos rugosas. Quiero hacerla el moño... Ese moño que tanta rabia me daba hacer, ahora daría lo que fuera por peinarla una vez mas, por abrazarla, por verla solo. 
Qué le voy a decir a mi hijo de ella? Que le hubiese querido mucho, que le llamaría  hermoso y alhaja... Que yo la adoraba. Y que aún lloro al recordarla, al escribir estas palabras... Ese nudo en la garganta que no se pasa, esas lágrimas que llenan mis ojos y corren por mi cara... Esas lágrimas que son de tristeza por no tenerla aquí. Por no escuchar sus historias, ni comer sus guisos, por no verla coser, ni oirla hablar sola...
Nunca lo veré mas, pero siempre estará en mí. En mi vida y en mi corazón, siempre, siempre será mi Lala.
Pero hay una diferencia con los 9 de abril anteriores, hoy, está Lucas y cumple 9 meses... El destino ha querido que haya un punto en común, o que se lo busquemos... Que busquemos esa relación, hoy, miro a mi niño y me siento feliz. No es un 9 de abril tan triste como los otros... Es el comienzo de una etapa mas feliz y con lágrimas de alegria en lugar de tristeza... Poco a poco...

No hay manera, no puedo vivir sin ti... No hay manera... No quiero estar sin ti. 



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