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jueves, 22 de septiembre de 2016

Ruta del fin del mundo: días 5, 6 y 7 Punta Arenas

El jueves salimos del hotel de Calafate a las 11h, nos esperaban casi 600 km por delante hasta llegar a Punta Arenas.
La primera parada fue en donde repostamos y comimos. Tomamos un cafetito en Café Martínez, para mantenernos despiertos y continuamos nuestro camino. 



Pasamos la frontera en Rio Gallegos.


Y llegamos al hotel Cabo de Hornos por la tarde.


Al frente de la Plaza de Armas de la ciudad, nuestra habitación era doble con cama supletoria. Y con vistas a la plaza.
Como detalle tenías botellas de agua (una por persona) en la habitación y cada día, a parte de todos los artículos de baño.


Los desayunos fueron muy completos, con unos mini croissants deliciosos. Si querías te hacían tortillas en el momento, dulce y salado. Muy rico todo. En el restaurante se podía comer y cenar muy bien, y también hacían sandwiches para llevar muy bien preparados, aunque se confundieran en algunos ingredientes.


Al día siguiente pudimos ver la Plaza de Armas, con Magallanes presidiéndola, y un pequeño mercadillo con recuerdos típicos de la zona. Cuenta la leyenda que, quién besa el pie del indio de la estatua de Magallanes, vuelve a Punta Arenas.



Salimos a Fuerte Bulnes, a unos 60 km de Punta Arenas. Fue un fuerte chileno a orillas del Estrecho de Magallanes fundado en 1843. Fue consecuencia de las colonias en el sur de Chile.


Pasamos un rato muy agradable con espectaculares vistas del Estrecho de Magallanes. Tuvimos la suerte que nos cayeran 4 gotas y así, poder observar un maravilloso arco iris. 
A la salida del fuerte, hay una tienda- museo donde se puede observar con plenitud el estrecho y comprar algunos recuerdos de este viaje tan especial. 

Intentamos ir después, al Puerto del Hambre pero estaba cerrado en esta fecha.

Dimos un paseo por la Costanera, observando, en el muelle Loreto, abandonado, Cormoranes y gaviotas australes y dominicanas.


                            Photo by: Robert Clúa.

                            Photo by: Robert Clúa.

La cena, fue tranquila en el hotel y a descansar para tener fuerzas para el día siguiente!!

El sábado se presentaba tranquilo, hicimos el check out y salimos hacia el Nao Victoria. La entrada tiene un valor de  3000 pesos chilenos adultos y 1000 pesos niños, y permite ver tres navíos.




Después vimos el cementerio del que, por respeto a las personas que tienen allí familiares, no hice ninguna foto. Y del que, sinceramente, me tuve que salir porque no me parecía un lugar para visitar como turista. Si decir, que era bonito. 

Y marchamos al aeropuerto a dejar nuestros coches de alquiler y a coger un avión que nos llevaría a casa cruzando medio país y desde la punta del mundo, pudimos observar desde arriba el paisaje abrumados por toda la belleza que habíamos visto en esta semana. A cada cual más bonita.
Un viaje muy recomendable de hacer, ya sea en familia o con amigos. Y permitiendo ver nuestro pasado.

Os invito a hacerlo!! 









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